martes, 16 de julio de 2013

Arte y Semana Santa: la capilla del Ecce Homo de Pego

Arte y Semana Santa: la capilla del Ecce Homo de Pego (Alicante)
Alejandro Cañestro


La mayor parte de las cofradías tenían su sede en las parroquias, sobre todo en el mundo rural, donde la parroquia solía ser el único templo existente pero el panorama en las ciudades era ligeramente distinto, si bien las parroquias seguían siendo la sede más frecuentada, en este caso las cofradías se ubicaban también en otros templos, principalmente en conventos, tal como sucede, por ejemplo, en Orihuela con los Franciscanos, en Callosa de Segura con los Alcantarinos y en Alicante con las Agustinas. Más raros eran los casos en que se situaran en hospitales, ermitas e incluso altares callejeros, caso de la cofradía de la Sangre de Cristo de Elche, establecida en un primer momento en la ermita anexa al hospital de la Caridad aun cuando ésta no estaba construida. Así pues, puede decirse que se crea una auténtica arquitectura dedicada a exponer convenientemente las imágenes al erigirse, casi siempre exentas y a las afueras de los pueblos, capillas generalmente de planta centralizada cubiertas por cúpula de tambor octogonal, que vendrían a suponer un recuerdo de Jerusalén, como si se quisiera trasladar la iglesia del Santo Sepulcro a estas tierras y albergar en ellas la Pasión. Estas capillas presentaban hornacinas en sus paños con las distintas imágenes que saldrían en procesión y un retablo con un camarín para alojar una imagen de particular veneración.


Una de esas arquitecturas de la Pasión en tierras de la diócesis de Orihuela-Alicante es la capilla que se erige exenta en Pego, de planta octogonal, dedicada al patrón de dicha localidad, el Ecce Homo, y en la cual se ubicarían los pasos de Semana Santa. Esta capilla merece unas líneas de detenimiento en tanto que supone la única construcción de tales características en tierras de la diócesis de Orihuela, no así en la de Valencia donde, por indicación del patriarca Juan de Ribera, se hicieron numerosos ejemplos siempre bajo la advocación de Cristo o María en la Pasión, por lo que este caso alicantino resulta, además de extraordinario, particularmente especial por sus valores simbólicos y representativos al presentar un espacio centralizado octogonal cubierto por cúpula con tambor de ocho paños, ubicando en cada una de las capillas laterales los pasos de la Pasión, esto es, Cristo atado a la columna, Jesús cautivo, la Dolorosa, el Nazareno, el Crucificado y Cristo yacente, imágenes de la posguerra mayoritariamente salidas del taller del escultor afincado en Pego Vicente Jerique Chust. Preside el altar mayor de la capilla una imagen del siglo XVI del Ecce Homo, patrón de la localidad. 

 Vista de la capilla desde el tambor de la cúpula


En sí, la capilla encarna plenamente los valores contrarreformistas en tanto que se disponen las imágenes en su soledad en sus capillas representando la Pasión aunque, desde luego, lo más llamativo del conjunto es precisamente esa disposición centralizada octogonal. El programa iconográfico pasional no se limita a las imágenes de la procesión de Jueves y Viernes Santo sino que, además, en la cúpula se dispusieron ocho lienzos que mostraban la Pasión según fue narrada por el evangelista Juan y cuyos temas representan al propio evangelista, la Oración en el Huerto, el beso de Judas, la negación de San Pedro, Jesús atado a la columna, la coronación de espinas, la Crucifixión y el Descendimiento, todos ellos contemporáneos a la ejecución dieciochesca de la capilla. Sin embargo, y ante la carencia documental, no puede facilitarse la autoría de los mismos más que atribuirlos a un taller valenciano a pesar de haberse insinuado ser obra del también franciscano Antonio Villanueva si bien las diferencias estilísticas y formales con sus lienzos resultan más que evidentes. En principio, la capilla iba unida al antiguo Hospital de la Caridad pero finalmente se decidió desligarla de aquél y erigirse como una construcción independiente. Se eligió, ante la grande devoción a la imagen del Ecce Homo por parte del pueblo de Pego, por proximidad al arquitecto de Enguera fray Francisco Cabezas, autor, entre otros, de la iglesia del monasterio de Santa Faz (Alicante) y la iglesia de San Francisco el Grande (Madrid), para que elaborara las trazas de una capilla que viniera a sustituir a una fábrica anterior del siglo XVII, entonces aneja al hospital, concluyéndose su fachada en noviembre de 1759, para la cual se concibió una portada de único cuerpo, a la manera de retablo, cuya hornacina superior aloja una imagen en piedra del Ecce Homo. 

Lienzo con la representación de San Juan evangelista
 Vista de la cúpula

 Imagen del Ecce Homo, patrón de Pego, en su camarín

Las alegorías de la Pasión asimismo se trasladan al exterior y aparecen los improperios o Arma Christi repujados en las chapas de la puerta, originales del XVIII. Así pues, entre una abigarrada decoración de rocallas y leones sujetando las grandes cartelas, aparecen en la hoja izquierda, de arriba abajo, la escalera y la corona de espinas; las tenazas, el martillo y los tres dados y, al final, los tres clavos. En el lado derecho están los relieves de la columna y los flagelos; la lanza y la caña con la esponja y el titulus del INRI. 

Fachada y portada de la capilla
 Puertas de la capilla, con los improperios

3 comentarios:

Acero dijo...

Una técnica sorprendente gracias por compartirnos tan excelente trabajo.

Aplicaciones móviles Bogotá dijo...

Un lugar espectacular, y majestuoso.

Anónimo dijo...

La chapa de las puertas ahora luce en todo su esplendor ya que se están restaurando la semana próxima estarán terminadas y serán un atractivo más para visitarla