Arte y Semana Santa: la capilla del Ecce Homo de Pego (Alicante)
Alejandro Cañestro
La mayor parte de las cofradías tenían su sede en
las parroquias, sobre todo en el mundo rural, donde la parroquia solía ser el
único templo existente pero el panorama en las ciudades era ligeramente
distinto, si bien las parroquias seguían siendo la sede más frecuentada, en
este caso las cofradías se ubicaban también en otros templos, principalmente en
conventos, tal
como sucede, por ejemplo, en Orihuela con los Franciscanos, en Callosa de
Segura con los Alcantarinos y en Alicante con las Agustinas. Más
raros eran los casos en que se situaran en hospitales, ermitas e incluso
altares callejeros, caso de la cofradía de la Sangre de Cristo de Elche,
establecida en un primer momento en la ermita anexa al hospital de la Caridad
aun cuando ésta no estaba construida. Así pues, puede decirse que se crea una
auténtica arquitectura dedicada a exponer convenientemente las imágenes al erigirse,
casi siempre exentas y a las afueras de los pueblos, capillas generalmente de
planta centralizada cubiertas por cúpula de tambor octogonal,
que vendrían a suponer un recuerdo de Jerusalén, como si se quisiera trasladar
la iglesia del Santo Sepulcro a estas tierras y albergar en ellas la Pasión.
Estas capillas presentaban hornacinas en sus paños con las distintas imágenes
que saldrían en procesión y un retablo con un camarín para alojar una
imagen de particular veneración.
Una de esas arquitecturas de la Pasión en tierras de la diócesis de Orihuela-Alicante es la capilla que se erige
exenta en Pego, de planta octogonal, dedicada al patrón de dicha localidad, el Ecce Homo, y en la cual se ubicarían los
pasos de Semana Santa. Esta
capilla merece unas líneas de
detenimiento en tanto que supone la única construcción de tales características
en tierras de la diócesis de Orihuela, no así en la de Valencia donde, por
indicación del patriarca Juan de Ribera, se
hicieron numerosos ejemplos siempre bajo la advocación de Cristo o María en la
Pasión, por lo que este caso alicantino resulta, además de extraordinario,
particularmente especial por sus valores simbólicos y representativos al presentar
un espacio centralizado octogonal cubierto por cúpula con tambor de
ocho paños, ubicando en cada una de las capillas laterales los pasos de la
Pasión, esto es, Cristo atado a la columna, Jesús cautivo, la Dolorosa,
el Nazareno, el Crucificado y Cristo yacente, imágenes de la posguerra
mayoritariamente salidas del taller del escultor afincado en Pego Vicente
Jerique Chust. Preside el altar mayor de la capilla una imagen del siglo
XVI del Ecce Homo, patrón de la localidad.
Vista de la capilla desde el tambor de la cúpula
En sí, la capilla encarna plenamente
los valores contrarreformistas en tanto que se disponen las imágenes en su
soledad en sus
capillas representando la Pasión aunque, desde luego, lo más llamativo del
conjunto es precisamente esa disposición centralizada octogonal. El programa
iconográfico pasional no se limita a las imágenes de la procesión de Jueves y
Viernes Santo sino que, además, en la cúpula se dispusieron ocho lienzos que
mostraban la Pasión según fue narrada por el evangelista Juan y cuyos temas
representan al propio evangelista, la Oración en el Huerto, el beso de Judas,
la negación de San Pedro, Jesús atado a la columna, la coronación de espinas,
la Crucifixión y el Descendimiento, todos ellos contemporáneos a la ejecución
dieciochesca de la capilla. Sin embargo, y ante la carencia documental, no
puede facilitarse la autoría de los mismos más que atribuirlos a un taller
valenciano a pesar de haberse insinuado ser obra del también franciscano
Antonio Villanueva si bien las diferencias estilísticas y formales con sus
lienzos resultan más que evidentes. En
principio, la capilla iba unida al antiguo Hospital de la Caridad pero
finalmente se decidió desligarla de aquél y erigirse como una construcción
independiente. Se eligió, ante la grande devoción a la imagen del Ecce Homo por
parte del pueblo de Pego, por proximidad al arquitecto de Enguera fray
Francisco Cabezas, autor, entre otros, de la iglesia del monasterio de Santa
Faz (Alicante) y la iglesia de San Francisco el Grande (Madrid), para que
elaborara las trazas de una capilla que viniera a sustituir a una fábrica
anterior del siglo XVII, entonces aneja al hospital, concluyéndose su fachada
en noviembre de 1759, para la
cual se concibió una portada de único cuerpo, a la manera de retablo, cuya
hornacina superior aloja una imagen en piedra del Ecce Homo.
Lienzo con la representación de San Juan evangelista
Vista de la cúpula
Imagen del Ecce Homo, patrón de Pego, en su camarín
Las alegorías de
la Pasión asimismo se trasladan al exterior y aparecen los improperios o Arma Christi repujados en las chapas de
la puerta, originales del XVIII. Así pues, entre una abigarrada decoración de
rocallas y leones sujetando las grandes cartelas, aparecen en la hoja
izquierda, de arriba abajo, la escalera y la corona de espinas; las tenazas, el
martillo y los tres dados y, al final, los tres clavos. En el lado derecho
están los relieves de la columna y los flagelos; la lanza y la caña con la
esponja y el titulus del INRI.
Fachada y portada de la capilla
Puertas de la capilla, con los improperios
3 comentarios:
Una técnica sorprendente gracias por compartirnos tan excelente trabajo.
Un lugar espectacular, y majestuoso.
La chapa de las puertas ahora luce en todo su esplendor ya que se están restaurando la semana próxima estarán terminadas y serán un atractivo más para visitarla
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