sábado, 26 de enero de 2008

Historia de la Platería. Capítulo II




Estimados amigos:


En vísperas de la festividad de Santo Tomás de Aquino, me dispongo a seguir con mi personal Historia de la Platería a través de los cálices. Los días pasados tuvisteis oportunidad de ver cómo eran los cálices románicos, con el bonito ejemplar de Silos, y hoy le toca al estilo gótico que, como era de esperar, también tuvo sus cálices.
Habréis comprobado que he puesto dos cálices diferentes en aspecto, pero próximos en cronología. Ambos son de la etapa gótica (siglos XII-XIV). Si el cáliz románico no tenía aun bien definidas todas sus partes, será el cáliz gótico quien las defina y las proyecte de manera suntuosa. El primer cáliz (el de arriba) corresponde a la primera variante de los cálices góticos: su nudo, la parte central, tiene forma de templo gótico, con proliferación de arbotantes, contrafuertes, pináculos, etc. Es un pequeño trasunto de lo que podría ser una catedral gótica. Su base se hace polilobulada y su copa se eleva. Es la primera vez que se ve la parte del gollete -entre el nudo y la base-. Y en cuanto a la subcopa o rosa, cabe decir que se constituye como una moldura propia.
El segundo cáliz (el de abajo), también de etapa gótica, es de la segunda variante: su nudo tiene forma, según se denomina comúnmente, de manzana aplastada, por tener una forma casi ovalada. El templo gótico se sustituye por una forma extraída de la naturaleza. La base sigue siendo polilobulada y su copa se hace menos acampanada. La decoración se limita al nudo, la base y la subcopa, mientras que añade un hilo en la copa.
Y hasta aquí, el capítulo referido a los cálices góticos. La próxima semana vendrán los cálices del siglo XVI.
Un saludo.
Alejandro

No hay comentarios: