jueves, 31 de enero de 2008

Historia de la Platería. Capítulo IV.





Estimados amigos:


La Historia de la Platería continúa y una vez vistos los cálices del siglo XVI y buena parte del siglo XVII, corresponderá ver los cálices de finales del siglo XVII-mediados del XVIII, que es el que tenemos en la pantalla.

Si recordáis, uno de los cálices del siglo XVI era aquél que tenía un nudo en forma de bellota (formado por toro y cuerpo). Los finales quinientistas corresponden con la etapa de esplendor del ámbito de El Escorial y todo lo escurialense está en boga y domina el panorama. Tanto es así, que incluso las formas herrerianas y su clacisismo purista se verán reflejados, evidentemente, en los cálices. Y los cálices de finales del XVI y siglo XVII vendrán marcados por una cuidada geometría y una pureza de formas que contrastarán con las caprichosas formas del Rococó, que vendrá a partir de la mitad del siglo XVIII.

Observad el cáliz que adjunto: no tiene nada de decoración, nada distrae a la vista, todo se reduce a su mínima expresión y queda bien claro que es un objeto funcional y no decorativo. Se prescinde de todo ornamento para darle importancia a la significación de la pieza como parte del ajuar litúrgico. Estamos en tiempo de la Contrarreforma y su Concilio de Trento, y las disposiciones trentinas abogan por una legítima defensa del sagrado Sacramento de la Eucaristía. El cáliz, como digno portador del símbolo de la Santa Sangre de Nuestro Señor, debe reflejar su funcionalidad: estar al servicio de la Eucaristía.

Se advierte una peculiaridad: el nudo de bellota de los cálices anteriores se suaviza de forma que llega a ser una pera. Son los llamados "cálices de pera", típicos del siglo XVII español. Esta rigidez de formas quedará obsoleta con los postulados franceses del Rococó, como veremos más tarde.

A través de esta Historia de la Platería a través de los cálices, nos damos cuenta de que estas piezas de orfebrería también participan de la Historia de los estilos artísticos, son copartícipes del Arte y dependen mucho de las corrientes artísticas.

Gracias por leerme. Saludos.

Alejandro.

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