También existen diversos museos que, aparte de su colección de pintura, escultura o cualquier otro tipo de bien, albergan y custodian una bonita colección de orfebrería. Tal es el caso del Museo de Valladolid, con una interesante colección de piezas suntuarias, bien catalogadas por el profesor José Carlos Brasas Egido, de la Universidad de Salamanca. Este Museo ha publicado recientemente el catálogo de obras de platería en un volumen curioso, denominado Platería en el Museo de Valladolid, y en él dan a conocer las piezas más destacadas dentro de este noble arte.
La fotografía que hoy anexo a mi escrito es una Custodia del Corpus, con andas incluidas, que se encuentra en el Museo Escolar de Puçol (Elche). Esta mini-custodia (digo mini, porque no medirá más de 20cm), es una auténtica maravilla, que se encontró en la Calahorra, una torre árabe del siglo XII con una casa señorial del siglo XIX adosada, en manos de una de las familias nobles de Elche. Y esa familia la depositó en el Museo que citaba, para que se diera a conocer, junto con una capilla u oratorio privado entero, con sus cálices, etc.
Creo que también hay que señalar la importancia que tienen hoy día las Fundaciones, como por ejemplo la Fundación Lázaro Galdiano, con Leticia Arbeteta al frente, que custodia una vastísima colección de cálices, cruces, portapaces, y otros elementos del ajuar litúrgico.
Voy a comenzar una pequeña y somera historia de la platería a través de los cálices. La próxima entrada la dedicaré al cáliz románico. Cada semana publicaré un cáliz y un pequeño análisis para que vayamos viendo la evolución de esta curiosa pieza a lo largo del tiempo.
De todas formas, seguiré escribiendo lo más asiduamente que pueda y mis obligaciones me lo permitan.
Un saludo a todos, y mi más calurosa bienvenida para Gunter.
Alejandro.
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