jueves, 12 de junio de 2008

El copón de la Basílica de Santa María de Elche


Estimados amigos:

Hoy le toca el turno a este magnífico copón que se conserva en la Basílica de Santa María de Elche. Para ello voy a reproducir la ficha que le realizó el profesor de la Universidad de Murcia, Manuel Pérez Sánchez, para el catálogo de la exposición "Semblantes de la vida" (Orihuela, 2003).

"La codificación de una determinada tipología de copón por parte del platero Fernando Martínez...va a tener una felices consecuencias para otras iglesias del Obispado que van a ser merecedoras a través de generosas donaciones de ejemplos idénticos a los catedralicios, adquiriendo así sus ajuares piezas notabilísimas y de rango con las que es posible reproducir a pequeña escala el esplendor propio de un gran templo.

En este caso será la munificencia del obispo Tormo la que lleve a la Basílica de Santa María esta singular pieza, que tiene su gemela en la Catedral oriolana, y que se ha tenido por muchos autores como el copón que precedió a dar la comunicación durante las ceremonias de consagración del nuevo templo ilicitano. Con independencia de ese primer destino lo cierto y verdad es que la obra descubre el interés del prelado por dotar de forma conveniente y adecuada un templo, que como el de Elche, ocupaba la atención de las autoridades eclesiásticas al ser el principal centro de devoción mariana de la diócesis, buque insignia de su culto y monumental triunfo a mayor gloria de la Virgen.

Por otra parte, no hay que olvidar que el obispo tuvo preferencias personales con Elche y con su iglesia, donde mandó levantar palacio, asistiendo y participando frecuentemente en la liturgia de la Basílica. La pieza responde a esa versión tardobarroca, casi neoclásica al menos en cuanto al ornato, en la que se mueve el estilo de Martínez, maestro formado en los nuevos ideales académicos y poco dado a los excesos decorativistas. Así, llama la atención en primer lugar la estricta correspondencia entre las partes mediante un acertado juego de volúmenes y una claridad notoria en el dibujo de la composición.

No obstante, se advierten ciertas concesiones al estilo rococó a través de contornos redondeados y suaves, graciosos quiebros y riqueza cromática así como un tratamiento de la decoración más propio del estilo galante que de la estricta disposición clasicista si bien el repertorio se adecua perfectamente al nuevo vocabulario. En efecto, no hay asomo de rocalla que es sustituida por otros motivos, tales como acantos, rosetas, guirnaldas, coronas de laurel, guilloquis y medallones circulares".

Espero que os haya gustado esta pieza.

1 comentario:

Gonzalo González dijo...

ahora ando mal de tiempo, pero espero en verano hacer algún tipo de colaboración.

Un saludo!