domingo, 1 de junio de 2008

La casulla del Cardenal Cisneros



Estimados colegas:

Tras un pequeño paréntesis donde hemos reflexionado acerca de las diferentes festividades del Corpus Christi, hoy vengo para hablar de una pieza singular: la casulla del Cardenal Cisneros, conservada actualmente en la Fundación Lázaro Galdiano. Realizada hacia 1500, sigue la tipología de las casullas que se hacían en el dieciséis español: dos franjas de terciopelo flanquean una tira que, a manera de escapulario, tanto en el reverso como en el anverso, está decorada con escenas de la vida de Nicolás de Bari y San Francisco.

El terciopelo granate de base evidencia modificaciones y adaptaciones posteriores y presenta un festoneado en todo su perímetro con motivos de granadas bordadas al realce en oro, aludiendo al misterio de la resurrección y a la unidad de la Iglesia (el empleo de la granada es muy frecuente en la indumentaria religiosa). Las escenas del escapulario se encuentran enmarcadas por hornacinas bajo bóvedas de crucería con pinjante central y torreones, han sido realizadas en un estilo de transición en el que conviven las estéticas y las técnicas flamencas e italianizantes. Los bordados aplicados son de magnífica calidad y se realizan con hilos de seda en técnica de matiz, cadenetas, mechas, zurcidos y pespuntes, mientras el oro se trabaja tendido.

Los registros están separados por cordoncillo aplicado en franjas horizontales y retorchas de cordeles y tomizas verticales muy del gusto flamenco. En el frontal se desarrollan las dos escenas más populares de la vida de San Nicolás de Bari, la leyenda de las tres doncellas y la confusa fábula de los tres niños resucitados. En la primera escena San Nicolás lleva en el regazo, sobre el libro, las tres bolsas de oro que pagó como dote por las tres doncellas que iban a ser prostituidas por su padre y en la segunda, vemos la imagen más habitual de la fábula de la salvación de los tres oficiales injustamente condenados por Constantino.

Para el dorso se reservan las imágenes más importantes puesto que la ceremonia se celebraba de espaldas al público, las escenas de la vida de San Francisco, cuyo hábito vistió Cisneros. En el centro la Virgen María y el Niño, entronizados, bendicen la creación de la Orden Franciscana cuyos estatutos han sido presentados por San Francisco al Papa en la escena superior. En el último registro se representa la escena de la estigmatización de San Francisco.

Una pieza que se necesita recordar para saber la gran importancia de que gozaban los textiles españoles en el siglo XVI. Un cordial saludo a todos.

Alejandro



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