Estimados amigos:
Aquí me tenéis dispuesto a hablaros de la importancia del arte de la platería en la configuración de los tesoros catedralicios, inspirado por el artículo "Algunas consideraciones sobre los tesoros catedralicios: el ejemplo de la Catedral de Murcia", del prof. Jesús Rivas Carmona (Imafronte, nº 15, 2000, pp. 291-309), que he tenido ocasión de releer estos últimos días para preparar mi investigación sobre la Platería en Elche. En esta entrada nos ocuparemos de enumerar las piezas de platería cuya función y ubicación es más que determinante: piezas de altar, piezas de celebración y piezas de adorno, dejando fuera las obras ejecutadas para las procesiones o los ajuares de las imágenes de devoción.
Los tesoros de las catedrales representan, sin duda alguna, las mejores colecciones de platería religiosa. Si atendemos a la categoría de primera iglesia diocesana y sede del obispo, nos daremos cuenta de la vital importancia que adquiere tal significación, sobrepasando al resto de los templos de las ciudades. Una pieza que va a demostrar la dimensión de la catedral en cuanto a platería es la llamada opus magna, es decir, la gran obra que es la Custodia procesional, una obra que sólo vamos a ver en catedrales y otras grandes iglesias de la monarquía hispánica. Las catedrales poseen las custodias más sobresalientes y antológicas. Pero no sólo la calidad define a los tesoros catedralicios: los ajuares de las catedrales suelen ser los más nutridos entre los eclesiásticos y ya por el simple número de piezas resultan impresionantes.
Prueba de la significación y relevancia de estos tesoros es que a su servicio había un Maestro Platero de la Santa Iglesia, con el objeto de cuidar, renovar y aumentar sus platerías, de manera similar a como ocurría en la Corona.
Ciertamente, una catedral necesita de muchas y diversas piezas para su culto, tanto para la liturgia más solemne y oficial del altar mayor como para los rituales y ejercicios celebrados en las demás capillas. Es todo un gran despliegue de platería, destinado a múltiples usos y circunstancias, que no tiene parangón en número y variedad en otras artes.
Piezas de altar: cruz de celebración, candeleros, atriles, sacras (éstas en desuso). El exorno del altar podía completarse con un rico frontal y gradas, sin olvidar el sagrario y expositor.
Piezas de celebración de misa: cáliz, patena, copón, vinajeras y cucharilla, juego de lavabo, incensario y naveta, campanilla, portapaces (en desuso).
Piezas de adorno: blandones y lámparas colgantes.
La imagen que adjunto es el Arca del Monumento de Jueves Santo de la Catedral de Murcia, obra de Gaspar Lleó (siglo XVIII). En otro momento hablaremos de las piezas efímeras, cultuales y procesionales. Gracias por leerme y por visitar esta web que es tan vuestra como mía.
Un saludo.
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