sábado, 13 de febrero de 2010

El valor documental de la platería

Mis fieles lectores y visitantes:

Disculpadme que os tenga tan abandonados! Desde que participé en el Curso de Orfebrería San Eloy 2009 (Universidad de Murcia), he ido modificando mis investigaciones para darles otros enfoques, pues el contacto con destacados profesores e investigadores de España y de otras partes de Europa me enriqueció mucho (aunque debo decir que lo que más me enriquece es el magisterio del profesor Rivas Carmona). Además, he hecho buenas amistades y, sin ir más lejos, Francisco J. Torres Peters, Delegado de Liturgia y Patrimonio de la Diócesis de Ibiza, que participó en el Curso de San Eloy el mismo día que intervine, estuvo recientemente en Elche para dar una conferencia.

Y volviendo al hilo de la cuestión, es cierto que la platería tiene un valor añadido: el de ser un documento, un espejo de la historia. En el caso de la diócesis de Orihuela ello se cumple perfectamente. No hay que olvidar que dicha diócesis nace en 1564, justo al término del Concilio de Trento, pudiendo decirse que es un obispado contrarreformista; y esa nueva imagen, la de la Contrarreforma, se hizo muy patente en estas tierras. De entrada, muy pocos testimonios artísticos y documentales subsisten de los tiempos medievales e incluso de los inicios del Renacimiento. Por tanto, cuando se acomete una investigación sobre la platería de cualquier parroquia de esta diócesis, debe hacerse desde el último tercio del siglo XVI, desde el mismo nacimiento del obispado. Por supuesto, el mejor desarrollo de la platería viene propiciado por el Barroco, con sus secuencias y sus importantes hitos, que cabe estudiar.

Además de reflejar la historia de la diócesis, la platería es un fiel espejo de la historia de los mismos templos. A estos aspectos conviene unir el valor que concede la platería para poder conocer la realidad social del momento, los gremios, los diferentes talleres, las diferentes formas de trabajar la plata...

Como veis, todo un mundo interesante. Estos días estoy leyendo el libro que mi amigo Roberto Domínguez Blanca me envió sobre "La platería del Renacimiento en Béjar". Los dos participamos en el Congreso Mariano de Gibraltar, aunque no tendremos la oportunidad de encontrarnos físicamente, pues ninguno acudirá a defender la comunicación. Fue una gran alegría saber su participación de la misma forma que la de Dª Cristina Gómez, que fue compañera mía durante los años de la Licenciatura.

El valor documental de la platería, en el caso de la diócesis de Orihuela, es el tema que me propuse para una colaboración en la revista del Instituto Alicantino de Cultura. Simplemente os quería mostrar que no había abandonado el blog y que sigo trabajando los mismos temas.

Un abrazo a todos.

Alejandro


3 comentarios:

Diego Luis Urbano Mármol dijo...

Interesante blog, he llegado aquí buscando información sobre un portapaz de 1594 de Diego Fernández, y aparece una foto en un libro de Jorge Rabasco Los plateros españoles y sus punzones.
No conozco el tema de la orfebrería, así que le pido ayuda para recoger información sobre esta pieza o ¿como buscar? ¿Donde encontrar ese libro? ¿Donde información? un saludo y mi agradecimiento de antemano

Diego Luis Urbano Mármol dijo...

Le doy las gracias por su ofrecimiento (enviado por e-mail); igual me ofrezco por si le hiciera falta algo de esta zona. Aunque mis limitaciones son evidentes; mi interés por la orfebrería pasa por mi afición a la historia local. En particular esta pieza es encargada al platero Diego Fernández << en 1591 se le encargan para Castro del Río unos candeleros y un portapaz con la historia de la Asunción de Nuestra Señora>>.
Fue tasado en 1594 <>.
Este portapaz desaparece de la parroquia y aparece en 1975 una fotografía, sin mencionar su procedencia.
Así que rogaria me escaneara dicha fotografía y la información que pudiera venir en dicho libro.

Diego Luis Urbano Mármol dijo...

El portapaz de plata toda dorada labrada al romano con la Asunción de Nuestra Señora en medio cincelada y un Dios Padre en lo alto y con dos columnas esmaltadas y otros dos esmaltes en los frisos y peso diez marcos menos diez y siete reales que valen seiscientos y treinta y tres reales.